1. Capadocia
Declarada Patrimonio de la Unesco desde 1985, Capadocia (Kapadokya en turco), se ha hecho mundialmente famosa por sus curiosas formaciones rocosas que dan un aspecto lunar a esta región de Anatolia Central.
Göreme suele ser la base para conocer y disfrutar de este lugar único, con el Museo al aire libre de Göreme, con iglesias que encierran bellas pinturas de los siglos X y XI, el pueblo troglodita de Uçhisar, famosa por su castillo y desde donde se aprecia una de las mejores puestas de sol de Capadocia, el Valle de Paşabag, donde están las chimeneas de hada más famosas, Derinkuyu, la mayor de las 37 ciudades subterráneas de la región o el Valle del Derbent (con formaciones naturales muy curiosas e infinidad de talleres artesanos).
Sin embargo, si hay una imagen típica de la Capadocia, son los cientos de globos que a menudo surcan su cielo. Los vuelos suelen realizarse al amanecer. ¿Te imaginas comenzar el día sobrevolando en globo este paisaje de ensueño?
2. Pamukkale
Literalmente en turco significa, castillo de algodón, y no podría tener una descripción mejor estas piscinas naturales de aguas calcáreas que al discurrir por la ladera de una montaña, han creado este lugar que parece de cuento.
Una maravilla natural que ya los romanos supieron apreciar. En la parte elevada de la colina se pueden visitar las ruinas de la ciudad romana de Hierápolis que creció en Pamukkale para aprovechar las aguas termales que no han parado de brotar desde tiempos inmemoriales.
Declarado Patrimonio de la Unesco desde 1988, es sin duda otro de los lugares que no debes dejar de visitar en Turquía.
3. Ruinas de Éfeso
Posiblemente uno de los museos al aire libre más impresionantes del mundo. Si eres un amante de la historia antigua es un destino más que imprescindible.
Su monumento más famoso es la biblioteca de Celso, aunque también podrás disfrutar del Templo de Artemisa, considerada una de las 7 maravillas del mundo, o su Gran Teatro Romano, mientras paseas por la Avenida de los Curetes,
A muy pocos kilómetros se encuentra una pequeña iglesia bizantina que consideran que fue la casa de la Virgen María, aunque realmente se trata de una pequeña iglesia bizantina.
4. Şirince
Este coqueto pueblo de montaña, muy cerca de Selçuk, es conocido por su producción de vinos «afrutados», que pueden recordar más a licores suaves.
No hay transporte público que te lleve hasta aquí, lo hace que Şirince sea un gran lugar para escapar del ajetreo de otras zonas más turísticas.
5. Monasterio de Sumela
Construido en los pies de un acantilado frente al valle de Altındere, en la provincia de Trebisonda (Trabzon en turco), a una altitud de aproximadamente 1200 metros, es uno de los monasterios más antiguos del mundo.
Existen varias formas de acceder al Monasterio de Sumela, por una senda empinada durante 3 ó 4 horas, o por un camino habilitado para turismos, tras el cual sólo tendrás que andar media hora. El camino finaliza en a una escalinata que culmina en un patio interior. La distribución del monasterio gira entorno a la cueva principal, que se convirtió en iglesia.
Se encuentra dentro de la ruta de peregrinación de los griegos, rusos, practicantes de la corriente ortodoxa en general y turistas impresionados por su entorno y belleza. El monasterio parece fundirse en color con la montaña tras años de erosión conjunta.
6. Safránbolu
Safránbolu es el pueblo de Turquía donde mejor se ha conservado y restaurado el patrimonio arquitectónico otomano, es por ello que fué declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 1994. Pero otra peculiaridad de este pueblo, proviene de su nombre Safrán (azafrán en turco), debido a que el pueblo y su zona alcanzó su esplendor dedicándose al cultivo de este preciado producto.
Actualmente se ha recuperado parte de su cultivo, y además de pasear por sus preciosas calles, bazares o dormir en alguna de sus casas de estilo otomano, podrás comprar un montón de productos que utilizan el azafrán como base.
7. Bodrum
Seguramente, este pueblo de pescadores, es uno de los destinos preferido por los turcos y turistas extranjeros, no solo por sus preciosas playas y costa, sino también por su icónico castillo, su gastronomía, sus fondos marinos ideales para el buceo y su historia.
Bodrum es sin duda un enclave ideal si buscas relajarte unos días, desde donde también puedes visitar la isla griega de Kos, a escasa media hora en ferry.
8. Fethiye
En verano el lugar se convierte en un hervidero de turistas, tanto nacionales como extranjeros (con mayoría inglesa), pero fácil de entender, debido a todo lo que ofrece.
Tras la impresionante bahía de Ölüdeniz se encuentra la increíble Blue Lagoon, perfectos lugares para disfrutar de la playa. Las antiguas tumbas licias, excavadas directamente en la roca, que vigilan la ciudad desde lo más alto, son sin duda otro de sus atractivos. Si buscas un lugar más tranquilo, a escasa distancia, debes visitar el Valle de las mariposas (en turco Kelebekler Vadisi) en un enclave espectacular, accesible solo por mar o descendiendo un barranco para los más atrevidos.
Pero quizás la mejor manera de disfrutar de las impresionantes vistas que Fethiye ofrece es sobrevolándolo en parapente, una de las actividades más demandadas en esta zona de Turquía. Recuerda si puedes visitarlo fuera de temporada alta.
9. Çesme
Esta ciudad balneario, posee algunas de las mejores playas del mar Egeo. Çesme es sin duda otro de los destinos preferidos por los turcos para descansar y relajarse, gracias a su clima moderado, a sus playas de aguas cristalinas, sus alrededores, llenos de historia, o disfrutar de sus gastronomía, no dejes de probar el «kumru», o algún plato de pescado
Es también un buen lugar para recorrer toda la península, perderse entre sus preciosos pueblos de aire griego, como Alaçatı, perfecto para la práctica del windsurf o saltar Chios, otra de las islas griegas que salpican la preciosa costa turca.
10. Kaş
Si lo tuyo es el buceo, Kaş es sin duda tu destino de la costa turca. Este empinado pueblo, lleno de pequeños cafés y restaurantes, está plagado de tiendas de antigüedades y cuenta también con numerosas escuelas de buceo. Una opción muy interesante es embarcarte a bordo de un barco goleta durante algunos días, que te llevará a lo largo de la costa, disfrutando de varias inmersiones al día, o simplemente relajándote a bordo, entre vestigios romanos y licios.
11. Kaleköy
Seguramente el más desconocido de esta lista, Kaleköy es un pueblo a orillas del mar al que solo se accede en barco o andando. Lo corona los restos de un castillo, pero sin duda, su principal atractivo es observar o incluso bañarse entre los restos de una impresionante necrópolis licia que se encuentra dispersa en el mar, justo delante de este hermoso y tranquilo pueblo.
Una de esas joyas de la costa turca, todavía por descubrir al turismo extranjero y casi al turismo local. El pueblo lo corona, los restos de un castillo, de donde coge su nombre (Kale, en turco significa castillo y köy, pueblo).
12. Estambul
Dejamos para el final de la lista, quizás la visita más imprescindible de toda Turquía. Estambul la ciudad que se reparte entre Europa y Asia merece sin duda dedicarle varios días para poder sentirla, olerla, vivirla, mientras te dejas embaucar por sus sabores, olores e historia.
Una ciudad, capital de tres imperios, que sin duda debería ser visitada al menos alguna vez en la vida. La zona de Sultanahmet, donde se concentra Santa Sofia, la mezquita Azul, el palacio de Topkapi, la cisterna Basílica, el famosísimo Gran Bazar o el mercado de las especias, es el centro de cualquier visita.
Pero Estambul es mucho más, esta cosmopolita ciudad, te permite cruzar de Europa a Asia en un barco (vapur en turco) mientras disfrutas de un té, o observar una puesta de sol increíble, delante de la torre de Leandro, con la torre de Gálata, el palacio de Dolmabahçe, o la zona de Sultanahmet de fondo.
Estambul tiene tanto que ofrecer que te recomendamos leer 12 lugares imprescindibles de Estambul, para conocer más detalles de esta ciudad.
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